Resumen:
El presente documento da cuenta de los procesos de investigación-acción que hicieron
posible la integración de un Diagnóstico escolar-ambiental participativo. Mismo, que se
desarrolló en el Centro de Bachillerato Tecnológico, Industrial y de Servicios No. 270
(CBTIS 270), como parte de una experiencia de educación ambiental encaminada a
propiciar el desarrollo de habilidades para la vida. De este modo, al tiempo que se
indagó respecto al estado que guardan las relaciones eco sistémicas de la comunidad
educativa, se concretó a nivel de aula, un programa de intervención-sensibilización
medio-ambiental en sintonía con las competencias eco-ciudadanas que propone la
Reforma Integral de la Educación Media Superior.
El CBTIS 270 es una escuela ubicada en una de las zonas más marginadas de Ciudad
Juárez, Chihuahua. De ahí que, los estudiantes y sus familias enfrenten condiciones de
vida con grandes limitaciones. Su diario vivir es manifestación de la crisis urbana,
consecuencia de la globalización, donde se está sometido a innumerables fuentes de
estrés. Ciertamente, desde la perspectiva de la mundialización, la industria maquiladora
ofrece la posibilidad de tener un empleo; pero, a condición no obstante, de convertir la
vida cotidiana en un continuo “trabajo-transporte-sueño-y-vuelta-a-empezar”. Así, los
procesos tecnológicos, los sistemas sociales y modelos económicos cada vez más
intrincados, determinan el tipo de relación que cada persona establece con la naturaleza
o con otros seres humanos. En consecuencia, los sujetos de estas sub-sociedades, están
cada vez más vinculados a los flujos globales, y cada vez menos a los lugares que
habitan.
Personas desvinculadas de sí mismas y de su entorno, es un fenómeno que se manifiesta,
en principio, a nivel planetario. En el CBTIS 270, esta situación problemática se expresa
como un sin-sentido de la vida que -al parecer- experimentan las y los estudiantes; lo
cual, les coloca en situación extrema de vulnerabilidad. Desde esta condición, se les
describe -en palabras de algunos docentes- como personas con una herencia cultural
limitada; lo cual implica, la carencia de hábitos de estudio, el desinterés por el
aprendizaje, el poco gusto por la lectura y, por consiguiente, una gran indiferencia ante las problemáticas presentes en la comunidad de la que son parte. De esto último, las
evidencias diarias son: salones, patios y jardineras invadidos de basura; infraestructura y
mobiliario de la escuela, susceptibles de maltrato y, por consiguiente, nula
corresponsabilidad en su cuidado.
En tales circunstancias, se infieren tres premisas o supuestos, como punto de partida para
el abordaje del fenómeno en cuestión, a saber: a) El sinsentido de la vida que se percibe
en la comunidad educativa del CBTIS 270 es reflejo de situaciones “límite” de
sobrevivencia; b) El sinsentido de la vida que proyectan los estudiantes del CBTIS 270,
dificulta su sensibilidad y conciencia social, su pensamiento crítico, su capacidad de
percepción; c) Los fenómenos de pobreza y des-dibujamiento de la identidad,
expresados en el desinterés por los aprendizajes, se convierten en un círculo vicioso de
compleja solución, cuando las instituciones lo enmascaran tras la etiqueta de “fracaso
escolar” lo que en realidad es, en todo caso, un fracaso de la escuela y de la sociedad.
La Teoría del desarrollo a escala humana, la Eco-Pedagogía y la Educación Ambiental
en sintonía con la Educación Basada en Competencias constituyen el eje conceptual y
marco referencial que guió la interpretación y conceptualización de los datos. La
primera, permitió empezar a pensar caminos de humanización para un mundo en crisis.
La segunda, ofreció un conjunto de conocimientos y valores interdependientes, tales
como: educar para pensar en forma global; educar los sentimientos; y, co-aprender sobre
la identidad de la Tierra como esencial para la condición humana. La tercera, implica
aprendizajes significativos, porque consiste en acompañar situaciones de aprendizaje
arraigadas en las realidades y en una dinámica de co-construcción del saber. Se trata de
una educación ambiental enfocada en el aprendizaje de la eco-ciudadanía, en la que se
despliegan competencias críticas, éticas y políticas.
La investigación-intervención es de tipo cualitativo con enfoque fenomenológicointerpretativo.
Desde esta visión, la Investigación-Acción-Participativa, aportó algunos
de sus instrumentos para la recolección de información. Para el análisis de los mismos,
se hizo uso de la Teoría fundamentada. La recolección de los datos empíricos, fase de codificación inicial, se realizó mediante:
encuesta abierta, encuesta tipo escala de actitud, adaptación de prueba de opción
múltiple, guía de discusión para grupos focales y programa temático para talleres. Así
mismo, con el fin de vincular la información obtenida con las preguntas de
investigación, se realizó una primera clasificación de los datos en cuatro categorías:
aprendizajes significativos, relaciones satisfactorias, escuela sustentable y
corresponsabilidad.
Luego de la etapa de interpretación y conceptualización, se puede afirmar que en el
CBTIS 270, se dieron los primeros pasos para dar cuenta del estado que guarda el
entramado de sus interacciones humanas. Si se considera que, la finalidad de este
sistema, es hacer posible una relación eco sistémica para recuperar el sentido de la vida
(objetivo general), en términos generales, se puede concluir que la comunidad educativa
está en camino hacia el logro de tal objetivo.
De las conceptualizaciones resultantes, se deriva la propuesta de educación ambiental
como estrategia para el desarrollo de habilidades para la vida. La experiencia de
procesos eco-formativos, se desarrolló mediante los talleres temáticos. Las unidades de
aprendizaje derivadas de dichos talleres, como materia prima para el análisis, la
discusión, el diálogo de saberes y la reflexión, abarcaron tanto los cuestionamientos que
perfilan un proceso de educación ambiental integral, como el desglose de los atributos
de las competencias genéricas (1 y 11) y su consiguiente aplicación.
De este modo, las situaciones de aprendizaje se convirtieron en el eje transversal que
guió el proceso diagnóstico-formativo (objetivo general) y generó recursos para
identificar los aportes de la educación ambiental que favorecen un nuevo modo (no
fragmentado) de concebir la vida (objetivo específico 2).