Resumen:
Del estallido de la Revolución Industrial nació la profesión del diseño que vino a transfigurar
sustancialmente el hasta entonces tradicional campo de la producción artesanal. De esta
manera, se impulsó rápidamente en el mundo occidental la propagación del nuevo modelo de
producción industrial en serie a escala masiva.
La expansión del capitalismo en México, propició el desarrollo del diseño
profesionalizado bajo la influencia de la idea del progreso ilimitado derramada sobre el mundo.
Se trastocaron así –casi por completo- las diversas manifestaciones culturales (relaciones entre la
sociedad y la naturaleza) y las formas de organización social, económica, política, educativa y
tecnológica del país.
Las crecientes e insaciables demandas de la Industria y el Comercio –nacionales e
internacionales- obligaron al país a embarcarse en una reconfiguración educativa profunda -aún
vigente en nuestros días. Ésta, en un primer momento, originó la escisión de la educación
artística y tecnológica, aunque décadas más tarde, provocó que la educación se atomizara aún
más, reduciendo la producción del conocimiento a un sinfín de especialidades prácticamente
inconexas.
Entrado ya el presente siglo XXI, somos confrontados por toda la complejidad de sus
problemáticas; se observa así la imperiosa necesidad de desandar los pasos de la historia de la
profesión del diseño en México para, a la luz de la teoría ambiental, detectar las inflexiones y
modulaciones que sufrió la disciplina con el tiempo. Esto evidencia de manera contundente,
por un lado, la presión que a lo largo de las últimas cinco décadas el modelo de desarrollo
dominante ha ejercido en el campo de la educación para el diseño y, por otro, vierte luces sobre
los claros nexos existentes entre la profesión del diseño y la crisis ambiental actual.
La pobre o prácticamente inexistente integración de la dimensión ambiental en las
escuelas de diseño en México, pone de manifiesto la profunda crisis de conocimiento que
deviene en la enseñanza y práctica de un diseño corto en alcances para superar las problemáticas
–de toda índole- que asfixian a la nación. Así, la educación para el diseño mexicano se detecta
insuficiente ante los retos que plantea la crisis ambiental de nuestro tiempo, pues las escuelas –
salvo contadas excepciones- carecen del sustento teórico-filosófico y enfoque epistemológico
necesarios para entablar un verdadero diálogo con la Educación Ambiental (EA) en su vertiente
latinoamericana. Ante la urgencia de líneas de discusión que aborden la problemática de la educación para
el diseño desde una perspectiva ambiental, se planteó la presente investigación con una doble
finalidad: Por principio, comenzar a abrir vetas de vinculación entre la EA y el campo del
diseño, y en segunda instancia, para conocer qué tan susceptible es la educación para esta
disciplina de ambientalizarse.
De esta manera, se incursionó en la realidad de la educación para el diseño en México a
través de un estudio hermenéutico realizado con base en una muestra de 32 instituciones
educativas (una por cada entidad federativa) que incluye universidades, escuelas y centros tanto
privados como públicos. De entre éstas se extrajeron 69 programas de licenciatura en diseño,
con distintas ramas de especialización. El trabajo realizado permitió averiguar sobre el grado de
incorporación de la dimensión ambiental por parte de las escuelas de diseño seleccionadas,
mediante la interpretación de los siguientes documentos: la presentación y descripción de la
licenciatura, el plan de estudios y los mapas curriculares de cada carrera. Con ello se construyó
una matriz de datos que organiza los programas dentro de las siguientes categorías: Ausencia de
contenido ambiental, Indicios de contenido ambiental e Integración profunda de una
perspectiva ambiental. Además se ofrece un panorama general de la educación formal para el
diseño en México, a nivel licenciatura, al igual que algunas explicaciones en torno a la EA y los
programas de estudios universitarios.
Con base en lo anterior, se propone finalmente un cuerpo de consideraciones y
sugerencias para reencaminar la educación para el diseño por las vías de su futura
ambientalización; es decir, su apertura total a una profunda interpelación por parte de la EA.
Por último, se formula una serie de ejes y transitares que esencialmente buscan responder a la
pregunta sobre cómo tendría que ser la educación para formar ambientalmente a futuros
diseñadores en México. En este sentido, se sintetizan 12 transiciones o procesos a ser tomados
en cuenta e impulsados por las escuelas de diseño que busquen la transformación de su pensarhacer,
para responder a los retos que plantea la actual crisis ambiental a escala planetaria.